¿Es usted feliz?

Su respuesta fue Sí..., definitivamente. Abra sinceridad en su respuesta, de eso no existe duda alguna, pero allí es donde preguntamos, ¿es la felicidad un objetivo razonable para la mayoría de nosotros? Me pregunto. ¿Es realmente posible alcanzarla? En lo particular estoy convencido de que se puede alcanzar la felicidad mediante el entrenamiento de la mente.

Desde un nivel humano básico, se ha considerado la felicidad como un objetivo alcanzable, pero me he sentido obligado por observaciones como la de Freud: «Uno se siente inclinado a pensar que la pretensión de que el hombre sea "feliz" no está incluida en el plan de la “Creación”.

Este tipo de formación había llevado a muchos a la tremenda conclusión de que lo máximo que un numero importante de seres humanos esperan la transformación de la desdicha histérica en la infelicidad común ». Desde ese punto de vista la afirmación de que existía un camino claramente definido que conducía a la felicidad parecía bastante radical.

Al contemplar retrospectivamente mis años de formación como individuo social, apenas recordaba haber escuchado mencionar la palabra «felicidad», ni siquiera como objetivo, mas que todo se busca de resolver los conflictos internos o los problemas de relación, pero nunca con el objetivo expreso de alcanzar la felicidad.

El concepto de felicidad siempre ha parecido estar mal definido en Occidente, siempre ha sido elusivo e inasible. «Feliz», en inglés, deriva de la palabra Islandesa happ, que significa suerte o azar. Al parecer, este punto de vista sobre la naturaleza misteriosa de la felicidad está muy extendido., En los momentos de alegría que trae la vida, la felicidad parece llovizna del cielo Para la mente.

Al plantear esta objeción, el Dalai Lama se apresuró a explicar: -Al decir «entrenamiento de la mente» en este contexto no me estoy refiriendo a la «mente» simplemente como una capacidad cognitiva o Intelecto. Utilizo el término más bien en el sentido de la palabra tibetana Zen, que tiene un significado mucho más amplio más cercano al de «psique» o «espíritu», y que Incluye intelecto y sentimiento, corazón y cerebro. Al imponer una cierta disciplina interna podemos experimentar una transformación de nuestra actitud de toda nuestra perspectiva y nuestro enfoque de la vida.

»Hablar de esta disciplina interna supone señalar muchos factores y quizá también tengamos que referirnos a muchos métodos. Pero, en términos generales, uno empieza por identificar aquellos factores que conducen a la felicidad y los que conducen al sufrimiento. Una vez hecho eso, es necesario eliminar gradualmente los factores que llevan al sufrimiento mediante el cultivo de los que llevan a la felicidad. Ése es el camino.



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