La crucifixión de Jesús tiene larga tradición en Petare

En tres horas se volvió a consumar la dolorosa suerte de Jesús. Este viernes, miles de personas en Petare lo acompañaron en su Vía Crucis y revivieron la experiencia del hijo de Dios, crucificado injustamente por su acción redentora de los pobres y los humildes.

La representación del Vía Crucis se realiza en el barrio El Nazareno de Petare desde hace 28 años. Alrededor de 40 jóvenes encarnan personajes como Poncio Pilato, autoridad del Imperio Romano en la provincia de Judea; el rey Herodes, Barrabás, María, el hombre que ayudó a Jesús con su carga de madera durante un tramo del Vía Crucis y los dos ladrones crucificados, junto al máximo líder espiritual de Occidente desde hace más de dos milenios.

La tradicional representación comenzó a las 4:00 de la tarde, con el primer encuentro entre Jesús y Poncio Pilato, quien revive la sospechosa versión en la que el gobernador romano -romano como la Iglesia fundada por el emperador Constantino en el año 313 D.C.-, trata de apelar a la sensatez de la muchedumbre judía: "¿Por qué lo han traído a mí para que le condene? Yo no encuentro pecado en este hombre. Jesús, míralos, es tu propio pueblo (los judíos) el que quiere sacrificarte".

En lo sucesivo, entran en escena la tiranía de Herodes y la crudeza de la flagelación antes de que comience la procesión. Jesús y los dos ladrones se abren paso, junto a espectadores y/o feligreses, por estrechas calles de la barriada caraqueña, hasta el pequeño monte ubicado a poco más de un kilómetro de distancia, conmovedoramente parecido a la montaña del Gólgota.

Los jóvenes actores, vestidos y maquillados con cuidadosa referencia a la época evocada, vienen haciendo los mismos papeles desde hace años y son habitantes de la comunidad. César Fernández ha interpretado a Poncio Pilato en las últimas ocho ediciones del evento religioso; considera que la decisión del gobernador obedeció a intereses políticos y casi asegura que, de volver a pisar tierra en carne y hueso, Jesús volvería a ser incomprendido:

"Pilato tenía la decisión de crucificarlo o no. Era la máxima autoridad en Judea. Creo que se dejó llevar por sus propios intereses; la historia dice que ya habían ocurrido varias revueltas en su gobierno. Roma le había advertido que si volvía a suceder, perdería su cargo y enfrentaría graves consecuencias. Sobre Jesucristo, creo que si viniera otra vez, sería hasta peor. Muchas veces hemos ignorado el mensaje de otros cristianos. Seguro volveríamos a matarlo, tal y como está el mundo..."

Finalmente, a las 6:30 PM, la procesión llega al equivalente del Gólgota en Petare. Jesús agoniza... promete a uno de los ladrones que estará ese mismo día en el reino de los cielos, lapida a sus verdugos con la célebre frase "Señor, perdónalos, porque no saben lo que hacen"; habla con su madre... la lanza al costado: "¡Tengo sed!.. Todo se ha consumado".

Luego de presenciar la infamia de aquel final, sobre los hombros de su padre, una pequeña niña, de cuatro o cinco años tal vez, no comprende la ficción, o la comprende más allá de todo, y llora a Jesús. Su papá trata de explicarle que todo ha sido irreal, que el hombre de la cruz no ha muerto.




Sitio desarrollado por el Lcdo. Ángel Salcedo. Imágenes del tema: hdoddema. Con la tecnología de Blogger.